Como comenté en otro post, el concepto de vacío (la nada) como un espacio privado de materia ha sido muy debatido ya por los filósofos presocráticos pero estuvo olvidado durante unos centenares de años, hasta que en la Edad Media, con el redescubrimiento de Aristóteles, el tema volvió a despertar pasión. A partir del Renacimiento los estudios empíricos fueron bien detallados y las aportaciones de Baliani, Galileu, Torricelli, Descartes, culminan con las apuradas ecuaciones de Maxwell, Einstein, y toda la física cuántica donde el vacío es analizado profundamente. Si para un filósofo el tema puede dar para mucho (¿puede algo ser y no ser?, ¿es la nada el “elemento” sobre el cual se sostiene la existencia?) para un físico es probable que el problema de la nada sea apenas semántico ya que este concepto ha sido formado con base a nuestra experiencia cotidiana, la que permite imaginar que entre dos objetos que tengo frente a mi puedo crear un entorno de espacio vacío, sin nada.