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Mostrando entradas de febrero, 2013

Fantasía.

                            El miedo es una emoción necesaria, pero…

Horror Vacui, 2ª parte.

Como comenté en otro post, el concepto de vacío (la nada) como un espacio privado de materia ha sido muy debatido ya por los filósofos presocráticos pero estuvo olvidado durante unos centenares de años, hasta que en la Edad Media, con el redescubrimiento de Aristóteles, el tema volvió a despertar pasión. A partir del Renacimiento los estudios empíricos fueron bien detallados y las aportaciones de Baliani, Galileu, Torricelli, Descartes, culminan con las apuradas ecuaciones de Maxwell, Einstein, y toda la física cuántica donde el vacío es analizado profundamente. Si para un filósofo el tema puede dar para mucho (¿puede algo ser y no ser?, ¿es la nada el “elemento” sobre el cual se sostiene la existencia?) para un físico es probable que el problema de la nada sea apenas semántico ya que este concepto ha sido formado con base a nuestra experiencia cotidiana, la que permite imaginar que entre dos objetos que tengo frente a mi puedo crear un entorno de espacio vacío, sin nada.

Solitario.

“Las águilas vuelan en solitario, los cuervos en bandadas” (Buster Keaton)

La razón es...

Es un proceso que se ha repetido incansablemente a lo largo de nuestra historia: utilizar lo racional (presentar razones) para “acomodar” lo que sucede a nuestro alrededor, logrando así la justificativa a la hora de satisfacer nuestras pasiones, emociones, deseos o cualquier otra palabra que elijamos para hablar de lo que nos impulsa a la acción. Y muchas veces importa poco que la validez de esas bases haya sido sometida a comprobaciones mínimamente rigurosas. Si lo miramos con lupa de biólogo, encontramos una serie de mecanismos neuronales que han sido modulados por la selección natural con la ventaja adaptativa de que fuéramos socialmente hábiles, y no con el “propósito” de hacernos lógicos y racionales. Sabemos hoy que algunos de estos mecanismos también han permitido a los humanos la capacidad de aprender conceptos abstractos tales como las proposiciones lógicas y el raciocinio formal. Así, la racionalidad que pueda tener un homo sapiens actual no tiene un origen