Los tres están tomando caipirinha en un bar de Ipanema y Einstein para provocar dice: – Dios no juega a los dados. Stephen Hawking aparta la pajita como puede y contesta: – Dios no sólo juega a los dados. A veces también los echa donde no pueden ser vistos. Y Woody Allen, no sabiendo de qué va el tema, sale del apuro echando mano del inconsciente psicoanalítico: – Dios no juega a los dados… juega al escondite. Del primero sabemos que no dijo la frase. El segundo si la dijo. Hacía referencia a un lugar del cual en teoría no sabemos qué pasa en su interior; un agujero negro. La del tercero puede muy bien ser apócrifa, pero todo y así no deja de ser una respuesta muy aguda. La frase atribuida a Einstein tiene origen en una carta dirigida a su amigo y también ganador del Premio Nobel de Física Max Born. Hablaban sobre las implicaciones filosóficas de la mecánica cuántica y de cómo veían cada uno de ellos los fenómenos que no tenían causa apare
"Que innecesario es inventar fantasías cuando la verdad es más fascinante" (Jamie Kaler)