“Una de las objeciones que tengo contra cualquier persona que se llame a sí misma un terapeuta gestáltico es que usa una técnica. Una técnica es un truco. Un truco debería ser usado únicamente en casos extremos. Tenemos bastante gente correteando y coleccionando trucos y más trucos, y abusando de ellos. Estas técnicas, estas herramientas, son bastante útiles en algunos seminarios sobre avivamiento sensorial o experiencias gozosas, para dar a los pacientes una idea de que aún están vivos. El mito de que el norteamericano es un cadáver no es cierto; él puede estar vivo. Pero lo difícil, lo triste es este arreglar todo de manera superficial, lo que frecuentemente se convierte en una peligrosa actividad sustitutiva, otra terapia impostora que impide el crecimiento” (F. Perls, Sueños y Existencia ).